Antes de responder a la cuestión de si el SARS-CoV-2 puede transmitirse repasemos los tres medios de transmisión ya conocidos y otras características de su comportamiento en el ambiente. De mayor a menor nivel de propagación:
Las gotículas: se generan cuando tosemos, estornudamos, cantamos o hablamos. Estas gotas tienen peso, por lo que caen rápidamente y no quedan suspendidas en el aire. De esta manera, una persona sin una barrera protectora adecuada, puede ser receptora de estas gotículas.
Contacto con las manos: El riesgo de contagio se produce al tocarse el rostro después de establecer contacto con superficies infectadas (pañuelos, vasos, grifos, puños de puertas, botones de elevadores, pasamanos).
Nubes de partículas virales (aerosoles): Estudios han demostrado que las microgotas con partículas virales que se liberan con solo respirar pueden viajar distancias de hasta 2 metros y permanecen en el aire durante minutos e incluso horas dependiendo de la ventilación.
Otros datos:
- El virus del SARS-CoV-2 puede sobrevivir hasta 9 horas en la piel; bajo las condiciones de oscuridad y frescor hasta 28 días en las pantallas de los teléfonos, el vidrio, el acero y los billetes de banco que tienen plástico polímero.
- Los desinfectantes de manos a base de alcohol, bien aplicados, neutralizan el virus en 15 segundos.
- Las personas contagiadas son mucho más infecciosas que las superficies.
Un estudio realizado a 38 pacientes del 9 al 15 de febrero de 2020 en un centro hospitalario en la provincia de Hubei, China, arrojó los siguientes resultados:
- 12 de 38 pacientes manifestaron alteraciones oculares semejantes a conjuntivitis, incluyendo congestión conjuntival, quemosis, epifora o secreciones aumentadas.
- Los pacientes con alteraciones oculares presentaron manifestaciones más fuertes de la enfermedad.
- 11 de 12 pacientes con anomalías oculares dieron positivos a SARS-CoV-2 en test rápidos y dos de estos en exudados conjuntivales y nasofaríngeos. De esto se ha deducido que las lágrimas pueden presentar una carga viral con suficiente potencia para infectar, aunque existe una baja prevalencia.
Conclusión:
Las secreciones en los ojos en un paciente positivo al SARS-CoV-2 pueden infectar a personas que tengan contacto con estas.